Inti tiene que usar su don para curar las graves heridas que le provocaron a Diamon en el choque, sin saber que está sanado, a quien los esta buscando...
Ian enfurece y les ordena a sus compañeros que cambien completamente sus estrategias, porque todo esa fallando.
Venecia, a pesar de sus sentimientos, intenta hacer que Noah seduzca a Azul, como parte de un plan tan ingenioso, como extremo.
Devi, en contra de su voluntad, deja que Valentin vuelva a ser atrapado y regrese a las manos del director del orfanato.
Maia sigue engañando a Manuelito a través del chat, llevándolo a caer en la peor de las trampas. La vergüenza y la desilusión llevan a Manuelito a la angustia total.
Azul decide gabar su video clip en el hotel, desatando aun mas la furia de Maia. Inti toma la decisión mas difícil, haciendo que Franco termine, al igual que toda su familia, en el peor lugar...
Ante una terrible noticia sobre su madre, Noah decide ir a verla y descubre algo inesperado, que va a cambiar su vida para siempre.
Para los seres de luz, los humanos tienen un solo camino, y mientras lo recorran, van a gritar.
OFF
-Vas a gritar-
Inti: ¿Te puedo decir algo? Con todo el respeto que te tengo y sin que te ofendas. Pero no entiendo, en realidad a vos no te entiendo Ian, lo que hicimos con Franco fue cruel.
Ian: ellos son crueles Inti, con los demás y sobre todo con ellos mismos. Necesitaban volver a conectarse con el dolor. Con esa herida abierta que esquivan y que no quieren mirar.
Había que empujarlos hasta el límite de la humillación. Hasta ese lugar, donde el dolor mudo al fin se transforma en un grito.
Había que llevarlos hasta ese lugar donde no pudieran escaparse de si mismos.
Había que traerlos de regreso desde la crueldad hacia el dolor.
Había que forzarlos a sentir empatía.
Había que manipular al manipulador, usar al que usa, hacerlos probar su propia medicina.
Había que exasperarlos para que al fin empezaran a gritar.
Había que hacer un cambio de estrategia Inti y eso fue lo que hice. Para eso estoy acá.
Había que hacerlos gritar, enojarse, hartarse de su propio hartazgo.
Transformar el dolor en un grito de liberación.
¡Tienen que gritar bien fuerte!
Tan fuerte como para calar esa voz interna que los tortura que los injuria. Esa voz interior que los odia.
Había que empujarlos hasta su propio límite.
Hasta que pudieran dar ese grito que pone fin a la voz. Tienen que poder gritar, ‘¡hasta aca llegaste!’
Había que quebrarlos hasta romperlos.
Hasta pudrirlos para que pudieran liberarse de esa realidad.
Había que llenarlos de esa angustia que es aliada, esa angustia que se transforma en pedido de ayuda, en grito de socorro.
Había que hacerlos gritar, para poder traerlos de regreso desde la insensibilidad.
Mi misión es guiar a los aliados en sus misiones y por eso grite, porque un grito es una variación en el tono, es un acento en la intención, es un cambio en el ritmo en la estrategia.
Era importante hacer audible la desesperación y el dolor. Y que el desamparo se volviera grito.
Era importante ayúdarlos a hacerse visibles, gritando ‘¡Acá estoy yo! ¡Y hasta ahí llegas vos!’
Había que tocarles el alma y a veces el alma grita, y en ese grito, se sana.
A veces el mutismo se cura con un grito.
Y a veces un susurro tiene la potencia de mil gritos que necesitan ser gritados.
Escena de Peter que cortaron min 2:17
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